domingo, 16 de abril de 2023

Oro en el Puig d'en Cama, una explotación en el renacimiento en Cataluña.

 

Oro en el Puig d'en Cama, una explotación en el renacimiento en Cataluña.

 

Por Joan Abella i Creus

Gemólogo especializado en Diamante por la Universidad de Barcelona

joanabellacreus@gmail.com

 

 

Introducción

El Oro, aunque un elemento de características excepcionales, nunca ha sido para mí una especie preferente de estudio por su simplicidad geoquímica. De hecho, este artículo ha sido más el resultado de la curiosidad histórica, que el de un trabajo de investigación para obtener este mineral.

 

Entre la fábula y la verdad

Todo comienza con una anécdota que explicaba el Señor Joaquim Folch i Girona (1892-1984), ingeniero industrial, propietario de minas, fundador de la empresa de fabricación de pinturas Industrias Titán SA., y gran aficionado a los minerales que le llevó a reunir una extensa colección de 13.500 ejemplar. Contaba que recorriendo en coche el Puig d'en Cama, tuvo la necesidad de parar, le dijo a su chófer que detuviera el vehículo, bajó y orinó sobre un montón de piedras, advirtiendo en una de ellas el familiar brillo metálico del Oro, la recogió y aconteció uno de los ejemplares que siempre despertó la curiosidad de los coleccionistas de minerales catalanes. Aunque muy lejos de la realidad, con esta fábula arrancaba risas y hacia más distendida su ya de por sí interesante conversación.

Es muy fácil darse cuenta de que la realidad fue otra, basta con leer la etiqueta y la ficha que acompañan al ejemplar, el número 191 de su colección, que dice literalmente “PuigdenCama (sic), la Selva del Camp, Tarragona” y “Extraido en unas exploraciones mineras en 1923 en un filón de plomo argentífero por Priorato SA. Recogido por D. Joaquin Folch.”. Sabiendo que la única mina que la sociedad Minas del Priorato exploró en el término municipal de La Selva del Camp es la mina San Fernando, un yacimiento delimitado en veinte hectáreas situado en el paraje La Fundició en la partida Vilamunt, que en ningún caso se puede considerar dentro del perímetro del Puig d'en Cama, nos encontramos ante una contradicción, que por fortuna podemos dilucidar.



Ejemplar de oro, procedente de Puig d'en Cama, colección de Joaquim Folch y Girona, tamaño 4x4cm. Fotografíes de Joan Rosell Riba.

 

Evidencias

La toponimia del paraje es muy antigua, pero a la vez muy reveladora, es un lugar donde hubo una instalación dedicada a la fundición de metales y este establecimiento debió estar en activo durante muchos años como para arraigar en la cultura popular y convertirse en un topónimo que ha perdurado en el tiempo. De hecho hay documentación que nos habla de la explotación de la plata en los siglos XIV, al menos en dos yacimientos en los actuales términos del Albiol y La Selva del Camp, el de Mas Ripoll, paraje que abarcaba lo que hoy se conoce como el valle de la Selva, y que incluiría la mina que hoy conocemos como de “La Fundición”, “del Rey” o “San Fernando”, y el del Torrent de las Voltes de l’Argenteria, este último se habría explotado con toda probabilidad mucho antes, pues su toponimia ya aparece en la carta de repoblación de La Selva del Camp del año 1165, lo que permite conjeturar que era conocido y posiblemente explotado en tiempos de la dominación romana y seguramente trabajado por los pobladores íberos de la zona. El mineral obtenido de estos yacimientos era llevado cada noche al castillo de la Selva del Camp, y de este lugar cuando fuera costumbre, a la fundición. Del castillo de la Selva al lugar donde supuestamente estaría la fundición, hay menos de tres kilómetros de distancia, con terreno llano y bien comunicado entonces por el camino de la masía Ripoll, que hoy es la carretera TP-7013.

 


Castillo del Paborde de la Selva del Camp, Pere Català i Roca, 1962.

 

De hecho, cerca de una antigua construcción medio derruida, y que podría haber sido el lugar donde estaba la antigua fundición, junto a la mina San Fernando, encontré medio enterrados varios fragmentos de colofonía, conocido de antiguo como pega griega. Esta resina se había empleado antiguamente en polvo como reductor en los ensayos y afinación de metales como oro o plata. Lo que podría ayudar a corroborar lo que vengo exponiendo.

La verdad es que este ejemplar de Oro, como les iré explicando, se extrajo a finales del siglo XV, principios del siglo XVI, realmente en un yacimiento que se encuentra en el Puig d'en Cama.

 

Excepcionalidad

Verdaderamente el hallazgo del ejemplar de oro por parte del Sr. Joaquim Folch se convierte en un acontecimiento excepcional y muy singular. Consciente de ello puso a varios trabajadores de la sociedad minera a buscar otros ejemplares, pero sin éxito, ¡uno solo!, casualidad?, no. Si tenemos presente que el traslado desde el castillo de la Selva del Camp hasta el establecimiento de la fundición era custodiado por un emisario del conde de Prades o del arzobispo de Tarragona, y que las operaciones de separación del metal de la ganga, el ensayo y/o la fundición, eran operaciones que se llevaban a cabo bajo la supervisión de un funcionario condal, sólo se me ocurre que el ejemplar en cuestión hubiera sido sustraído, escondido y finalmente olvidado, por algún evento o abandonado por miedo a ser descubierto y recibir los severos castigos impuestos por este tipo de delito.

  


Pozo de la mina San Fernando, junto a la antigua fundición, la Selva del Camp, fotografía del Grup Mineralògic Català.

 

Aunque hasta el momento no se han descubierto disposiciones particulares que regularan la explotación del oro, su posterior tratamiento, el reparto de las ganancias y el pago de los impuestos. Me atrevo a  conjeturar que si las hubo se fundamentaban en las ordenanzas promulgadas en 1344, 1348 y 1352 por el segundo conde de Prades el infante Pedro de Aragón y de Anjou, reescritas, ampliadas y mejoradas en años posteriores para facilitar la gestión y control de los yacimientos, las ordenanzas disponían todo el proceso a seguir desde que una persona quería explotar una mina, hasta el reparto de la plata obtenida entre la cuenta y los mineros, sin obviar los rigurosos controles y la imposición de severos castigos en caso de robo, en el condado de Prades y la Baronía d’Entença. Y de no haberlas, se usarían las disposiciones promulgadas por el conde de Prades con muy escasas variaciones.

Dado que se mantenía vigente la concordia firmada con el entonces Pavorde del Castillo de la Selva del Camp, con el conde de Prades, que a finales del siglo XV y principios del siglo XVI lo eran ya  con el arzobispo de Tarragona, el cual administraba directamente el Castillo de la Selva del Camp, castillo que entre otras finalidades, sirvió de casa de las minas y para custodiar los diezmos. Esta concordia le permitía al conde de Prades y al arzobispo de Tarragona, cobrar impuestos, en un porcentaje sobre la producción y un tanto por las transacciones en el comercio del mineral.



Ordenanza de 1352, copia de cancillería. ADMC, rollo 92, fotogramas 176-177, Archivo Montserrat Tarradellas y Macià del Real Monasterio de Santa Maria de Poblet

 

Descubrimiento

Con toda esta valiosa información y habiendo tenido la posibilidad de examinar directamente el ejemplar en la colección del Sr Joaquím Folch i Girona, me propuse averiguar la verdad detrás del inverosímil relato, y localizar el yacimiento de donde fue extraído.

En el ejemplar en cuestión el Oro se presenta cristalizado en el interior de una vena de Cuarzo blanco que atraviesa una Corneana estratificada, muy característica.

 

Ejemplar muy didáctico de roca Corneana estratificada, procedente del Puig d’en Cama, de 45 x 30 mm., fotografía y colección de Joan Abella i Creus

 

De modo que recorrí los yacimientos antiguos ubicados en el Puig d'en Cama y viendo que no había indicios de roca Corneana estratificada, recorrí los caminos hasta que localicé unos afloramientos de esta roca, entonces recorriendo las direcciones de este afloramiento de roca encontré las escombreras de los antiguos yacimientos, que se encuentran ubicados en el paraje llamado las Trilles, toponimia muy significativa, dado que las palabras Trilla y Trilles, nos han llegado a nuestros días tomadas prestadas de uno de los significados que tenían precisamente en la edad media y en los inicios de la edad moderna, las trillas eran los lugares en un yacimiento o cercanos a ellos, donde se elegía el mineral de interés y se separaba de la ganga, y eran parajes caracterizados por los montones de mineral y estériles. Aún hoy este término ha conservado este sentido en países como Bolivia, Chile, México y Perú, en los que Trilla es considerado “montón de mineral o montón de relave”, un término que los descubridores catalanes empleaban y que ha pervivido en estos países que han mantenido la minería como una fuente de riqueza hasta el día de hoy, y en que la presencia de catalanes en el siglo XVI es conocida y contrastada. Tanto Trilla como Trilles las encontramos ampliamente como topónimo en muchas comarcas catalanas y es de significar la proximidad a explotaciones mineras, como es el caso de la masía llamada de la Trilla en el término municipal de L'Argentera.

 

Experiencia

El reconocimiento del yacimiento me ha permitido poner de relieve algunas observaciones que pienso pueden ser interesantes para estudios posteriores. Hay una sucesión de varias escombreras, a lo largo de unos 170 metros lineales, lo que significa la existencia de varios crosos y por tanto la participación de varias compañías en la explotación del yacimiento, cros era el término empleado para describir una mina en la edad media y a principios de la edad moderna y el tamaño de un cros era, según las ordenanzas a las que he hecho referencia, de 20 alnas de lado +-25 metros, es decir que explotaban una superficie máxima de tan sólo 630m2. En la ladera reconocida habría como mínimo ocho de estas explotaciones.

A juzgar por la gran cantidad de granalla en las diversas escombreras, se adivina que se llevó un minucioso trabajo de selección, sin duda a cargo de niños y mujeres jóvenes con buena vista, aseveración reforzada por la inexistencia de oro visible entre los fragmentos de roca. El oro tan sólo se puede encontrar entre en las tierras y en partículas de menos de 0,1mm., que en ocasiones se adhieren a las piedras por acción de los agentes vegetales y el agua.



Oro, Puig d'en Cama, Aleixar, colección y fotografía de Joan Abella i Creus, medida del Oro 0,1mm.

 

También es fácil darse cuenta de que muchos fragmentos de roca no presentan aristas angulosas ni vértices punzantes, como fuera normal en una explotación relativamente reciente, por el contrario, lo hacen mostrando aristas y vértices muy redondeados, como resultados de muchos siglos expuestos a la intemperie y a la acción de la meteorización por parte de los agentes atmosféricos.

La cantidad todavía apreciable hoy de escombrera, su uniformidad y la gran cantidad de granalla de roca, me lleva a conjeturar que fue una explotación no demasiado dilatada en el tiempo, pero sí muy exhaustiva e intensa, que implicaría un número considerable de personas, y que no se trataba de una explotación subterránea, pues he podido advertir, que cuando cesaban los trabajos de minería subterráneos, llevados a cabo durante la baja edad media e inicios de la edad moderna, en el condado de Prades y la baronía d’Entença, estos se rellenaban con los escombros generados, y en este yacimiento si se intuye labor subterránea alguna y los escombros siguen en la intemperie.

Además de los elementos expuestos en este artículo, atestigua la antigüedad las labores la ausencia  de objetos típico de explotaciones de los siglos XVIII al XX, como alambres, clavos post industriales (he encontrado tan sólo una tacha de forja y un clavo dinal de media cabeza), herramientas, restos de puntas de escarpa, fulminantes, marcas de perforación de barrena en las rocas…, pero ningún elemento que permita dudar que se trata de unos trabajos muy antiguos.

Asimismo encontré un antiguo fragmento de herradura y un antiguo clavo cuadrado de forja, estos clavos fueron empleados para herrar machos a finales del siglo XV y principios del XVI, lo que nos permite suponer que empleaban animales a abasto herrados lo más probable mulas, seguramente cargadas con sarrias, que cubrirían el trayecto desde el yacimiento a la Selva del Camp y viceversa, pasando por el camino de creta hasta la ermita de Sant Pere del Puig y de aquí bajando por el antiguo camino de Sant Pere hasta el castillo de la Selva del Camp, en un recorrido de unos cinco kilómetros y medio sin dificultad alguna.

 

Situación

El yacimiento, al menos el que hoy es reconocible, pues podría ser más extenso y estar parcialmente cubierto, lo podemos situar entre los dos cursos de agua más elevados que forman el barranco de Aigua-sana, un área limitada al sur por el collado del bosque del Manolo o del Manol, donde confluyan varios caminos, al norte por la vertiente sur del collado de la Font de Sant Joan, por el este la cresta del Puig d'En Cama, justo por donde pasa hoy el cortafuegos, y por el oeste con el camino que parte del Coll del bosque del Manolo y que conduce al collado de la Font de Sant Joan, en la vertiente de poniente del Puig d'En Cama, que ocupa unas cuatro hectáreas en el paraje de las Trilles, en el actual término municipal de Aleixar.

Pero, ¿A qué término pertenecía el yacimiento cuando fue explotado?, en el del Albiol. El antiguo término medieval del Albiol era bastante más extenso que el actual, entre otros lugares comprendía el barranco de Aigua-sana, buena parte de la coma de la masía Ripoll, lo que hoy se conoce como el Valle de la Selva y una parte importante del Puig d'en Cama, concretamente la vertiente de poniente, que es precisamente donde se encuentra el yacimiento de Oro. Pues no fue hasta 1854 cuando varias partes fueron segregadas y quedaron definitivamente incorporadas a términos vecinos, concretamente las partidas del Agua-sana y de la masía del Borbó fueron repartidas entre los términos de Castellvell, Almoster y Aleixar, e de modo que en este último municipio se encuentra hoy la antigua mina de oro del Albiol.


Yacimiento de oro en el paraje de las Trilles, en el Puig d'en Cama en  el Aleixar,, imagen obtenida de Google Earth, orientación de Este a Oeste

 

Documentación

Aparte de algunas evidencias expuestas, la afirmación de que la explotación del oro en el término del Albiol tuvo lugar a finales del siglo XV y principios del siglo XVI, debemos agraderla a diversas actas notariales de los emprius, custodiadas en el Archivo Municipal de la Selva del Camp (ver bibliografía). Los emprius eran un derecho de aprovechamiento comunal de ciertos bienes, como el agua o la leña, entre otros, y en el caso que nos ocupa, eran los derechos de los vecinos de la Selva del Camp sobre estos bienes del término del Albiol. Resulta que en el año 1217, el señor del Albiol, Dalmau de Albiol y su esposa, vendieron Albiol al pavorde de Tarragona Ramón de Sant Llorenç, por 500 sueldos de oro, este oro procedía de las arcas de La Selva del Campo, por lo que Ferrer Pallarès, que sucedió en la pavordía a Ramón de Sant Llorenç, en reconocimiento, concedió a perpetuidad en 1218 a los habitantes de La Selva del Campo los emprius de las aguas, leñas, menas y piedras del término del Albiol.

Este derecho se ejercía normalmente una vez al año y se centraba en el uso de las aguas, un bien fundamental y a menudo escaso en el término de La Selva del Camp, ese día los vecinos de la Selva del Camp con las herramientas necesarias recorrían los cauces de los cursos fluviales del Valle de la Selva, y los limpiaban de todo lo que pudiera impedir el curso normal del agua. La información contenida en las actas es de gran importancia. Así como en el siglo XIII la referencia a menas en las actas de los emprius es del todo genérica, incluso me atrevía a decir que ni siquiera había actividades extractivas, en actos del siglo XIV y algunas del XV se encuentran referencias concretas a las menas de plata y alcofoll (Galena de alta calidad, susceptible de ser utilizada directamente, en forma de polvo) , por lo que podemos deducir que esta época ya existía una actividad extractiva consolidada, tal y como de hecho nos confirman otros documentos conservados de la época. No obstante, la fecha más significativa para el tema que nos ocupa, la encontramos en el acto del año 1504, en que por primera vez se hace referencia explícita a la mena de oro, es decir en ese año ya existía una actividad extractiva de oro consolidada en el término del Albiol, esta refrencia se repite en el acto de 1515 y de 1521.

Es también muy significativo que en el acto de 1482 no se hiciera referencia concreta a las menas de ningún tipo, y se comprende en cuanto lo contextualizamos con los hechos históricos acaecidos, eran los años de posguerra, entre 1462 y 1472 Cataluña sufrió una devastadora guerra civil, que debió ser especialmente cruel para los habitantes de La Selva de Camp que se habían declarado a favor de la Generalitat, y que se convirtieron en los claros perdedores del conflicto, por lo que no es de extrañar la falta de referencias a menas, dado que los establecimientos mineros debieron permanecer desgobernados y probablemente saqueados y dañados como en otros lugares del país, en 1486 el Rey Fernando II dicta la sentencia arbitral de Guadalupe y se termina el conflicto de los remences, parece que se abrió un período de relativa tranquilidad en el país. Sin embargo la necesidad de oro de la corona catalana, como en el resto de Europa, se había agravado después de que el imperio otomano conquistara Constantinopla en 1453 y quedaran interrumpidas buena parte de las rutas comerciales que unían Europa con el extremo oriente , apenas los portugueses empezaron a iniciar la nueva ruta en la India, de hecho a finales del siglo XV los portugueses enviaban a Europa unos 700 kilogramos de oro, pero el oro llegado mediante esta ruta no cubría las necesidades del continente. Por todo ello podemos afirmar que a finales del siglo XV y principios del XVI, tuvo lugar la explotación de Oro, en al menos un yacimiento en el término del Albiol.

 ¿Y cómo descubrieron este yacimiento?, no lo sabemos, aunque me parece verosímil, basándome en lo que llevo expuesto y por supuesto en la documentación que se conserva, que el oro se descubrió durante uno de los emprius a finales del siglo XV. Se preguntarán, ¿pero si llevaban siglos practicando estos trabajos, como no lo habían encontrado antes? La gente de la Selva del Camp, en un exceso de celo, se excedió en el ejercicio en sus derechos, empriuant incluso las aguas del término vecino de Aleixar, y empriuant el barranco del Agua-sana habrían encontrado alguna muestra de oro y el resto es del todo previsible, siguieron el barranco hasta su nacimiento en la vertiente oeste del Puig d'en Cama y localizaron los afloramientos de Corneana que contenían los filones de Cuarzo aurífero.



Índice del manuscrito de Pere Gil Estadella, que forma parte de los fondos bibliográficos de la Biblioteca Pública Episcopal del Seminario Conciliar de Barcelona.

 

En cuanto al final del periodo de la explotación, hay que tener muy presente el trabajo del jesuita Pere Gil Estadella (1551-1622), “Llibre primer de la història catalana en lo qual se tracta d'història o descripció natural, ço és, de coses naturals de Catalunya”, escrito en 1600 e inédito en el seminario conciliar de Barcelona hasta 1949, en que fue transcrito y editado por el geógrafo e historiador Josep Iglésies i Fort. En el capítulo X trata “Delas mines de Ferro, Plom, Aram , Argent , Or y altres metalls que se son trobades, o (a) vuy duran en Cathaluña”, al enumerar las minas de oro que en aquellas fechas se trabajaban en el país no da ninguna cita de minas de oro en el Albiol o en la Selva del Camp, tan sólo hace referencia a algunas explotaciones de naturaleza aluvial, y no porque desconociera el lugar, a juzgar por la extensa relación de yacimientos citados al tratar otros minerales en aquella región y por el hecho, no menor de haber nacido en Reus, ciudad muy cercana al yacimiento en cuestión.

 

Ocaso

El final de la explotación del Oro se debió, como suele ocurrir, por la confluencia en el tiempo de varios factores, se repite lo que siempre digo, una mina es la consecuencia de la historia. Un período inestable de la historia, en la primera mitad del siglo XVI, los habitantes de los municipios cercanos al yacimiento, se vieron afectados por diversos hechos convulsos, la costa de la actual comarca del Taragonés sufrió importantes incursiones piratas, está suficientemente documentado que en 1534 el almirante otomano Khair ed-Din más conocido como el corsario Barbarosa se apoderó de vecinos de la Selva del Camp en la llanura de Vilaseca, de hecho en este período toda Cataluña estuvo en alerta por estas incursiones, también está documentado que el 22 de agosto de 1552 la armada otomana, popularmente llamada la armada de los Moros, se encontraba en el puerto de Salou teniendo Vilaseca sitiada. Se repitió un ataque en 1558 al puerto de Salou, hay que decir que este puerto era el de entrada y salida de las mercancías de La Selva del Camp y pueblos cercanos, por lo que estos ataques perjudicaron su economía. Por si esta situación no fuera suficiente aparte de los otomanos debían defenderse de los franceses, y en los pueblos cercanos del yacimiento se vieron directamente implicados, el 24 de agosto de 1537 se pidieron levas de hombres para ir cerca de Perpinyà en el Rosselló, precisamente para organizar esta defensa.

Posible agotamiento y/o dificultades de explotación, a juzgar por lo que hoy se puede observar en el yacimiento, y a pesar de la carencia de estudios arqueológicos e históricos rigurosos al respecto, parece, tal i como he apuntado,  que el yacimiento se explotó a cielo abierto, explotando los filones de Cuarzo que quedaban expuestos en la superficie, no puedo descartar que se abrieran pozos y que hoy permanezcan tapados, pues era costumbre que las minas una vez improductivas y previa petición se taparan con los restos de los estériles y poder dedicar los terrenos a otros usos. La Corneana que contiene los filones de Cuarzo aurífero, es un tipo de roca metamórfica muy compacta y de gran dureza, aflora en la superficie formando grandes crestas orientadas de este a oeste y atravesadas de venas de cuarzo, con los conocimientos y prácticas mineras bajo medievales, una roca tan compacta debería haberse trabajado mediante el método de torrefacción, que consistía en colocar madera seca contra la roca y encenderla hasta que se consumiera, entonces, el enorme calor desprendido durante el proceso, y el agua que echaban, provocaba un fuerte choque térmico que agrietaba la roca, lo que permitía separarla fácilmente mediante picos, masas, cuñas..., por lo que la dificultad de explotación debido a la gran compactibilidad de la roca, el buzamiento de los afloramientos, casi verticales y un probable empobrecimiento en profundidad, sumados a otros factores enumerados, habrían disuadido de continuar con la explotación del yacimiento.

Y finalmente no podemos obviar el cambio económico global que supusieron los flujos de oro del continente americano, según los datos se estima que entre 1503 y 1530 el oro que había llegado de América había sido de tan sólo 18.992 kilogramos, mientras que entre 1551 y 1560 fue de 42620 kilogramos, por lo que las pequeñas explotaciones como la que nos ocupa pasaron a ser claramente deficitarias y abandonadas.

 

Bibliografía;

Fort i Cogul, Eufemià, 1959, La mineria a La Selva en el segle XIV,  ,  Edicions Analecta Selvatana, La Selva del Camp.

Fort i Cogul, Eufemià i Anguera, Pere, 1985, L'ALBIOL: NOTÍCIES HISTÒRIQUES - ORDINACIONS (~1700),  Ajuntament de l’Albiol.

GIL, P. (1600): Llibre primer de la historia Cathalana en lo qual se tracta de Historia o descripció natural, ço es de casos naturals de Cathaluña. Manuscit al Seminari Conciliar de Barcelona. Transcrit per J. Iglésies (1949). Quaderns de Geografia. Barcelona

Moreu-Rey, Enric, 1975, Notes sobre l'Albiol, Miscel·lània Pau Vila, pàgines 321-336, Institut d’Estudis Catalans,  Societat Catalana de Geografia.

Montoya Echeverry, Ramiro, 2015, Crónicas del oro y la plata americanos, Visión Libros.

Pié i Faidella, Joan, 1984 Annals inèdits de la vila de la Selva del Camp de Tarragona, impresa per l’Institut d’Estudis Tarraconenses Ramon Berenguer IV (Originàriament publicada en 32 fascicles dins la revista de l’Asociación Artístico-arqueológico-barcelonesa entre1899 i 1913).

Asimismo, pueden buscar información en los trabajos del Dr. Romero Tallafigo, Montserrat Flores, Albert Martínez y Alba Alonso, que entre otros, han profundizado en el estudio la documentación de la cancillería del contado de las montañas de Prades y Baronía de Entença del Archivo Ducal de Medinaceli.

 

 

Joan Abella i Creus

Sabadell, 16 de abril de 2023.